Una nueva clase de turismo se consolida. Se trata de la exploración urbana practicada por todas aquellas personas a las que les gusta recorrer pueblos abandonados, entrar en locales cerrados al público o pasear por minas o recintos de antiguas fábricas. El código ético de estos turistas exige que no hagan ruído y no sean vistos, que no se lleven nada del lugar, que no destrocen nada y que protejan el lugar de indeseables como desvalijadores o gente poco respetuosa con el patrimonio cultural.
En www.clubcela.com (sitio en la red del Club de Exploradores de Lugares Abandonados) se puede acceder a reportajes fotográficos de los lugares visitados como es el caso de las minas de hierro de Alquife (Granada) o de otros enclaves de arqueología industrial diseminados por toda España.
En otros países hay guías exploradores urbanos que acompañan a las personas interesadas en sus recorridos por las partes menos conocidas de pueblos y ciudades que han caído en el olvido y no se encuentran habitadas.
La guía de recursos de este nuevo turismo secreto incluiría en Sevilla edificios como el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne o complejos como la Fábrica de Artillería. Incluso en la Isla de la Cartuja ya hay edificios catalogables para el inventario de este extraño y sorprendente patrimonio, del que hay muestras en casi todos los pueblos por pequeños que sean.
Esta peculiar forma de turismo tiene ya webs especializadas como es el caso de www.shipwreckregistry.com, dedicada a los barcos abandonados en las costas europeas y la exclusiva de lugares subterráneos: www.undercity.org. En el Reino Unido, www.theurbanexplorer.co.uk facilita información abundante para quienes estén interesados en la exploración urbana.
Si se animan, seguro que encuentran en su barrio o en su pueblo sitios cercanos que interesen a los amantes del turismo secreto y de paso desvelen las muchas barbaridades perpetradas en nombre del urbanismo.